Saludos Dr. Daniel,
Cuando comencé como pastor en el año 2013, la congregación se componía de 10 miembros nada mas, se me entregó ese pequeño grupo para guiar y formar un carácter cristiano, pero para poder hacerlo tuve que organizar juntamente con este pequeño grupo un liderazgo, al cual se eligió un co-pastor, un tesorero y secretario, y una persona encargada de los niños. La visión mía no era corta, eventualmente sabia que la iglesia un día tenia que crecer, yo era un instrumento nada mas, el crecimiento lo da Dios.
Con el pasar de los años la iglesia comenzó a crecer, las responsabilidades se iban haciendo mas grandes, las demandas se estaban incrementando, la gente necesitaba ser instruida en estudios de discipulado, yo no podía seguir haciendo las cosas como comencé, y necesitaba un cambio dentro de la Iglesia, necesitaba un apoyo, necesitaba un liderazgo diferente; le pedí dirección a Dios para que me guiara a tomar las decisiones correctas y ejecutar planes adecuados para el bienestar de la Iglesia.
Me reuní con las personas que al comienzo les delegue una posición, les mostré el plan que tenia de escoger un cuerpo oficial (diáconos) en donde los capacitaría para tener una ayuda y un apoyo en cuanto a las decisiones dentro de la congregación, y a la vez que cada miembro de la Iglesia pudiera votar para elegir este cuerpo oficial anualmente.
La idea les pareció bien, a pesar que me tocó explicar bastante ya que no tenían la idea de las funciones de los diáconos. Llegó el momento de presentarlo a la congregación en general, el apoyo y la idea les pareció y se hizo la votación; el primer año fue de muchos desafíos pero pude experimentar un alivio en el ministerio, una gran ayuda en cuanto a las enseñanzas, cuando proyectos son presentados en las reuniones oficiales hay ideas, diversas perspectivas, cambios que pueden afectar o traer beneficios.
La iglesia a crecido, hay visiones no solo por parte mía, sino por parte del cuerpo oficial y la congregación en general, puedo decir que estamos en una misma visión para caminar bajo la misma dirección, este cambio trajo mucha bendición, ya que el apoyo no solo fue de pocas personas sino que fue todos los que pertenecemos a este ministerio. Al comienzo hubo temor, pero el resultado fue maravilloso y hoy tengo nuevas visiones, y proyectos planeados, el innovar puede traer riesgos pero cuando se ve los beneficios que trae, y el apoyo de los que estas preparando, el final será satisfactorio.
Cuando comencé como pastor en el año 2013, la congregación se componía de 10 miembros nada mas, se me entregó ese pequeño grupo para guiar y formar un carácter cristiano, pero para poder hacerlo tuve que organizar juntamente con este pequeño grupo un liderazgo, al cual se eligió un co-pastor, un tesorero y secretario, y una persona encargada de los niños. La visión mía no era corta, eventualmente sabia que la iglesia un día tenia que crecer, yo era un instrumento nada mas, el crecimiento lo da Dios.
Con el pasar de los años la iglesia comenzó a crecer, las responsabilidades se iban haciendo mas grandes, las demandas se estaban incrementando, la gente necesitaba ser instruida en estudios de discipulado, yo no podía seguir haciendo las cosas como comencé, y necesitaba un cambio dentro de la Iglesia, necesitaba un apoyo, necesitaba un liderazgo diferente; le pedí dirección a Dios para que me guiara a tomar las decisiones correctas y ejecutar planes adecuados para el bienestar de la Iglesia.
Me reuní con las personas que al comienzo les delegue una posición, les mostré el plan que tenia de escoger un cuerpo oficial (diáconos) en donde los capacitaría para tener una ayuda y un apoyo en cuanto a las decisiones dentro de la congregación, y a la vez que cada miembro de la Iglesia pudiera votar para elegir este cuerpo oficial anualmente.
La idea les pareció bien, a pesar que me tocó explicar bastante ya que no tenían la idea de las funciones de los diáconos. Llegó el momento de presentarlo a la congregación en general, el apoyo y la idea les pareció y se hizo la votación; el primer año fue de muchos desafíos pero pude experimentar un alivio en el ministerio, una gran ayuda en cuanto a las enseñanzas, cuando proyectos son presentados en las reuniones oficiales hay ideas, diversas perspectivas, cambios que pueden afectar o traer beneficios.
La iglesia a crecido, hay visiones no solo por parte mía, sino por parte del cuerpo oficial y la congregación en general, puedo decir que estamos en una misma visión para caminar bajo la misma dirección, este cambio trajo mucha bendición, ya que el apoyo no solo fue de pocas personas sino que fue todos los que pertenecemos a este ministerio. Al comienzo hubo temor, pero el resultado fue maravilloso y hoy tengo nuevas visiones, y proyectos planeados, el innovar puede traer riesgos pero cuando se ve los beneficios que trae, y el apoyo de los que estas preparando, el final será satisfactorio.
