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por Meredith Aldana - Número de respuestas: 35

¿Cuáles son las características de una persona que ministra a otros? (250 Palabras)

En respuesta a Meredith Aldana

Re: Foro 4

por Jose Sales -
De acuerdo con el libro "Consejería Cristiana Efectiva" del Dr. Gary Collins, las características de una persona que ministra a otras son seis: (1) Amor, (2) Paciencia, (3) Apertura, (4) Esperanza, (5) Flexibilidad y (6) Humildad. Siendo cada característica en particular un conjunto dependiente una de la otra que debe reflejar toda persona que ministra a otras.

Amor: Y este amor no puede ser otro que no sea lo que todo ministro haya recibido o aprendido de Dios Padre, o el amor ágape incondicional, pues Cristo, sin merecerlo, nos ofrendó su vida por rescate de la nuestra, y, por otro lado, también, si no hemos recibido o aprendido a amar como Él, entonces no podremos dar algo puro que no esté dentro de nosotros.

Paciencia: Muchas veces los resultados de la consejería toman procesos y etapas prácticas; dependiendo del caso, es pues a través de ella que no podríamos con facilidad abandonar el caso.

Apertura: Tener nosotros como ministros una mente bastante abierta (pensar en todo lo posible y lo imposible) ayudará siempre que estimulemos a nuestras personas que ministremos. El Dr. Collins menciona también abiertos en palabras y conducta.

Esperanza: El caracterizarse en nosotros como ministros no solo nos ayudará a mantener la fe en que Dios a su tiempo hace las cosas perfectas, también nos ayudará a transmitirla a las personas que ministramos, y así las dos partes podrán experimentar ese alivio temporal a cualquier problema, que por la esperanza y la fe que tenemos nos conducirá a la voluntad perfecta de Dios.

Flexibilidad: Dado que, como ministros, muchas veces nos toca ministrar a personas de diferentes nacionalidades, culturas, edades, géneros, etc., es importante; la flexibilidad nos ayudará a comprender la diversidad de necesidades.

Humildad: Nunca podremos ayudar a nadie si ante cualquier obra de bondad está primero la altivez, ni menos la persona a quien querremos ministrar quisiera estar recibiendo la ayuda de alguien con mucha arrogancia.

En pocas palabras, concluyo que alguien que no sea guiado por el Espíritu Santo no podría tener estas características.
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Re: Foro 4

por Edgar Lopez -
Hno. Jose es muy cierto lo que concluyes, porque podemos tener el conocimiento de la academia, pero si no somos guiados por el Espíritu Santo, solo estaríamos trasladando una temática, mas que una consejería cristiana efectiva.
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Re: Foro 4

por Bertha Corona -
Bendiciones hno, Jose,

Realmente lo felicito, usted ha reunido las características más importantes que pude definir a un buen ministro llamado por el Señor para servirle y ministrar a otros. No es critica es simplemente observacion pero hoy en dia muchos quieren ser usados por Dios pero no estan dispuestos a que Dios trate con ellos, y aveces el trato de Dios duele porque la pulicion de Dios no es de acuerdo a lo que los humanos pensamos, y es que a Dios le gusta usar vasos limpios para su honra. Muchos ministros de Dios carecen de estas características por el simple hecho de que aún no se han dejado pulir por el Señor. Gracias por compartir y le deseo mucho éxito en este curso, bendiciones.
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Re: Foro 4

por Jose Sales -
Bendiciones, hermana Bertha.

Gracias por sus palabras y comentario: sí, son muchos los ministros en estos tiempos que nos resulta difícil dejarnos pulir, como usted lo llama. Lamentablemente, concuerdo con usted; a medida que la venida de nuestro Señor Jesucristo se aproxima, también la palabra dada por Él se va cumpliendo, tal como la enseñanza de los falsos profetas en Mat. 7:15 las enseñanzas del apóstol Pablo referentes a los falsos maestros, 2 Timoteo 4:3, y la verdad es que en el reino de Dios encontramos de todo tipo de ministros. Algunos, como dice usted, especialmente si se anda en nuestra naturaleza humana, va a ser difícil que nos dejemos moldear por la palabra de Dios, y especialmente porque la recibimos de otro ministro (hombre). También por esta razón es difícil ser transformado si primero no nos dejamos guiar por el Espíritu Santo.

También algunos de los factores que podrían influir en la falta de las características de alguien que ministra a otros podrían ser la falta de estudios de la palabra de Dios en un nivel académico o simplemente el desconocimiento de lo que es la palabra de Dios, la Biblia. Porque aunque el llamado de Dios es lo más importante para todos sus ministros, es responsabilidad de cada ministro nutrirse de su palabra para la enseñanza de ella y para bendecir al pueblo del Señor de acuerdo a los tiempos que cada generación vive y a las necesidades de ellos. Seguimos adelante, hermana, sin duda alguna, este proyecto de estudios será de mucho enriquecimiento para nuestro ministerio. Bendiciones.
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Re: Foro 4

por Alejandra Jimenez -
Buenas tardes hermano José, estoy de acuerdo con su conclusión, si el Espíritu Santo no obra nuestra vida, creo que no podremos desarrollar ninguna de estas características es imposible darle a los demás, lo que nosotros no existe, tenemos que ser llenos del Espíritu Santo y tener un corazón conforme al señor Para poder ministrar y que es administración de frutos, además de qué estoy segura que vamos a tener resultados muy positivos, cuando una consejería se da teniendo la palabra de Dios y basándonos en ella como punto de partida.
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Re: Foro 4

por Bertha Corona -
¿Cuáles son las características de una persona que ministra a otros?


Las características de una persona que ministra a otros bajo los principios bíblicos se basan en el carácter personal y la conducta de la persona en la comunidad donde vive. De acuerdo con el libro de Collins, algunas características que la persona que ministra a otra deberá tener son:

1. Humildad: es de suma importancia que el ministro de Dios sea humilde, al menos eso es lo que la Biblia recomienda, en Filipenses 2:3-4, que nos exhorta a que no hagamos las cosas por egoísmo o vanidad, sino que consideremos a los demás como superiores a nosotros mismos.

2. Saber escuchar: El buen ministro del Señor debe aprender a saber escuchar a otros, no solo hablar para ser escuchado. De esta manera podrá identificar el problema o las necesidades de los demás y así poder ayudar.

3. Servicialidad: Un ministro de Dios deberá desarrollar el ministerio del servicio siguiendo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, quien nos dice en Marcos 10:45 que: “no vino para ser servido sino para servir”. Esta es una actitud esencial para que el ministro de Dios pueda desarrollar un ministerio efectivo.

4. Empatía y compasión: Un ministro de Dios debe mostrar compasión por otros, es decir, a la hora de ayudar a otros deberá ponerse en el lugar de esa persona, así como nos enseña la Biblia en Romanos 12:15: a alegrar a los que se alegran y a llorar con los que lloran.

5. Mostrar sabiduría y conocimiento: Un ministro de Dios debe saber guiar a los demás mostrando sabiduría de Dios y conocimiento bíblico. Tal y como nos lo enseña la Biblia en 2 Timoteo 3:16-17, nos motiva a enseñar y corregir con la palabra de Dios.

6. Integridad y honestidad: es muy importante que un ministro de Dios sea íntegro y honesto, ya que quien mira y escudrina los corazones es Dios. Y en Proverbios 10:9, nos enseña que: “el que camina en integridad anda confiado”.

7. Paciencia y perseverancia: A pesar de que el ministerio puede llegar a ser algo exhaustivo para muchos ministros, la Biblia en Gálatas 6:9 nos anima a que no nos cansemos de hacer el bien porque al tiempo de Dios cosecharemos. A pesar de que mi único ministerio hasta el día de hoy es el de los niños, sé que Dios tiene un propósito con todo lo que me empuja a hacer.

8. Amor: Finalmente tenemos el amor que viene a ser como el pilar de todas las características y lo quise poner al final para resaltar lo que la Biblia nos dice en 1 Corintios 13: “sin amor, cualquier acción carece de valor eterno”.

Sé que existen muchas otras características que reflejan a un buen ministro de Dios, pero estas son las principales y las que el autor nos describe en su libro de texto. Todas estas forman un excelente perfil de la persona que ha sido llamada a ministrar a otros reflejando el carácter de nuestro Señor Jesucristo.

Collins, Gary R. Consejería Cristiana Efectiva. Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1992
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Re: Foro 4

por Samuel Cux -
En el ministerio de la consejería cristiana, el carácter y la actitud del consejero son tan importantes como las herramientas que utiliza. El Dr. Gary Collins señala que existen varias cualidades esenciales en la persona que ministra a otros.
En primer lugar, se requiere amor, porque sin un interés genuino por el bienestar del otro, la consejería pierde sentido. El amor se refleja en la empatía, la escucha activa y la disposición de caminar junto a la persona en sus luchas.
En segundo lugar, está la paciencia, que permite al consejero comprender que los procesos de cambio son graduales y que cada individuo avanza a su propio ritmo.
Una tercera característica es la apertura, es decir, la capacidad de escuchar sin prejuicios y aceptar la diversidad de experiencias y sentimientos de quienes buscan ayuda.
Asimismo, la esperanza resulta fundamental. El consejero debe transmitir confianza en que, con la ayuda de Dios, hay posibilidades de restauración y crecimiento espiritual, emocional y psicológico.
Otra cualidad necesaria es la flexibilidad, que capacita al ministro para adaptarse a diferentes situaciones, estilos de personalidad y contextos, sin perder la dirección ni los valores bíblicos.
Finalmente, la humildad debe guiar todo el proceso, reconociendo que el consejero no tiene todas las respuestas, sino que depende de la dirección de Dios y de su Palabra.
En conjunto, estas características forman el fundamento de una consejería cristiana efectiva, centrada en el amor de Cristo y en el servicio fiel a los demás.

Gary R. Collins, Consejería Cristiana Efectiva (Grand Rapids: Editorial Caribe, 1990), 
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Re: Foro 4

por Alejandra Jimenez -
Buenas tardes hermanos Samuel, concuerdo con usted en que estas características son los fundamentos y las bases principales para una consejería cristiana efectiva y fructífera hoy en día muy difícil encontrar consejeros y sobretodo cristianos que se dejen guiar por la palabra y por el señor para poder desarrollar una buena consejería Estoy segura que si la mayoría de los consejeros se dejan guiar por el Espíritu Santo, los resultados a futuro de los aconsejados, serían de gran éxito. Bendiciones hermano.
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Re: Foro 4

por Natalia Caro -
La persona que ministra más eficientemente a otras personas tiene el deseo de crecer, y confía que Dios le ayudará a desarrollar los atributos para ser miembros más cuidadosos y compasivos del cuerpo de Cristo. Las características son:

1. Amor: Debe tener su origen en Dios el Padre, y además debe expresarse claramente en la iglesia, donde los creyentes sean una comunidad llenos del Espíritu Santo, amándose los unos a los otros, con actos de amabilidad, sin condenarse, ni criticarse.

2. Paciencia. Viene de Dios y es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22). Es estar con una persona o en una situación aun cuando no parece haber ningún cambio. Le da el tiempo para crecer y la oportunidad para pensar, no presiona para actuar, ni obliga a tomar decisiones rápidas. Con paciencia ayuda.

3. Apertura. Anima a las personas a reconocer sus sentimientos, positivos o negativos. Demuestran estar abiertos en palabra y conducta. Tienen un interés genuino por los demás y aceptan a los demás a pesar de sus creencias, conducta, palabra o actitudes. Con honestidad anima, apoya, corrige, enseña y confronta.

4. Esperanza. Dar esperanza da comodidad y alivio. Es dar energía y regocijo en la soberanía de Dios y busca la guía de Dios. Las personas que ministran a otros deben tener su mirada puesta en Dios, quien es nuestra Verdad y Segura Esperanza.

5. Flexibilidad. Con la disposición de cambiar, de crecer. Y aceptando a los demás.

6. Humildad. Estar realmente involucrado con la persona y no ver a los demás desde una perspectiva de superioridad. Sin pretensión y con el deseo de aprender.

Collins, Gary R. Consejería Cristiana Efectiva. Grand Rapids, (Mich, Portavoz, 1992)
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Re: Foro 4

por Jhon Castellanos -
Natalia excelente aporte. Me parece muy valioso cómo destacas que ministrar a otros no depende solo de técnicas, sino de un carácter formado en Dios. Coincido en que el amor y la paciencia son la base de todo acompañamiento cristiano, porque reflejan a Cristo mismo. También me parece clave lo que señalas sobre la apertura y la humildad, ya que muchas veces quien ministra puede caer en la tentación de dar respuestas rápidas o asumir una posición de superioridad, y esos recordatorios nos invitan a servir con sencillez y escucha activa. Finalmente, la esperanza que mencionas es esencial: sin ella el ministerio se volvería solo esfuerzo humano, pero con ella se sostiene en la soberanía de Dios. Creo que tu reflexión nos anima a ver la consejería como un proceso de crecimiento mutuo, tanto para el que recibe como para el que ministra.
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Re: Foro 4

por Bertha Corona -
Bendiciones hna, Natalia,

Me gusta mucho la forma en la que organizo el resumen sobre las características que debe tener un ministro del Señor, me llama mucho la atención en el muneor 5 sobre la flexibilidad. Maravilloso el ministro deberá estar dispuesto (a), "a cambiar, y sobre todo crecer, y aceptar a los demás" palabras de poder y transformación. Me gustan mucho los foros porque aquí puedo leer diferentes pensamientos y así también aprendo más, gracias por compartir y te deseo lo mejor en este curso.
En respuesta a Bertha Corona

Re: Foro 4

por Natalia Caro -
Bertha gracias por tu comentario, es valioso lo que comentas que podemos aprender unos de otros. Y si, la característica de la flexibilidad está interesante tenerla presente porque nos ayuda a estar dispuestos a cambiar para crecer. Es de la características que más me llamó la atención.
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Re: Foro 4

por Samuel Cux -
Gracias por compartir estas características tan importantes para el ministerio cristiano. Creo que lo que se resalta aquí nos recuerda que ministrar no es simplemente “hacer algo por otros”, sino reflejar el carácter de Cristo en cada relación. El amor y la paciencia nos ayudan a ver a las personas no desde lo que son en el presente, sino desde lo que Dios puede hacer en sus vidas. La apertura y la flexibilidad nos enseñan a no encasillar a las personas, sino a acompañarlas en sus procesos de manera sincera. La esperanza mantiene nuestro enfoque en que Dios es quien transforma, y la humildad nos libra de pensar que somos mejores que aquellos a quienes servimos.

Al final, el ministerio cristiano eficaz no depende de nuestras propias fuerzas, sino de cuánto dejamos que el Espíritu Santo obre en nosotros para ser instrumentos de sanidad, consuelo y restauración en el cuerpo de Cristo.
En respuesta a Natalia Caro

Re: Foro 4

por Jose Sales -
Bendiciones, Hna. Natalia.

Creo que usted, aparte de las características que el Dr. Collins enfatiza en su libro, ha tocado un punto muy importante en el ministerio de la consejería, el cual es el tener el anhelo y el deseo de crecer. Recordemos el mensaje del apóstol Pedro, cómo explicaba a la multitud cuando cuestionaban la sanidad del cojo sentado a la puerta del templo en Hechos, capítulo 4:11: "Este es la piedra reprobada de vosotros los edificadores, la cual es puesta por cabeza del ángulo". Lo que quiero enfocar es que Dios muchas veces, en su infinita misericordia, nos da el llamado para ejercer diversos oficios en su obra, pero de nosotros depende hasta dónde queremos ser de bendición. Buscaremos los recursos necesarios para ser más útiles y más eficaces; en este caso sería en consejería. (Dios sienta las bases para que nosotros, los edificadores, edifiquemos sobre ellas).

Por supuesto que el confiar en Dios, que Él nos ayuda, también es una de las bases, ya que como consejeros cristianos reconocemos que nuestra sabiduría, amor, paciencia, esperanza, flexibilidad, humildad, la fuente de donde todo esto nace es Jesucristo.

Cita bíblica, Reina-Valera 1909
En respuesta a Meredith Aldana

Re: Foro 4

por Jhon Castellanos -
Una persona que ministra a otros, según Gary Collins en Consejería Cristiana Efectiva, reúne rasgos prácticos y espirituales que hacen eficaz su cuidado. En primer lugar destaca el amor práctico: compasión, sensibilidad y disposición a servir con acciones concretas. La paciencia acompaña ese amor, pues ministrar implica permanecer junto a quienes sufren aun cuando el cambio sea lento. El ministerio requiere además un interés genuino por las personas: escuchar, aceptar sin condena, respetar la privacidad y ponerse en el punto de vista del otro para identificar necesidades y recursos. La veracidad y la honestidad fortalecen la relación de ayuda, porque sostienen la confianza y permiten la corrección amorosa. La esperanza cristiana es esencial; quien ministra debe comunicar confianza en la soberanía de Dios y animar a perseverar en medio de la prueba. La flexibilidad —no ser rígido ni categórico— facilita adaptarse a distintas personas y contextos. La humildad y el deseo de aprender evitan la autosuficiencia y promueven crecimiento continuo, mientras que la disponibilidad para tomar riesgos y aceptar ayuda refleja que ministrar es una actividad recíproca. Collins observa que pocos poseen todos estos rasgos desde el inicio, pero que se desarrollan en la práctica y por la obra del Espíritu Santo. Estos rasgos facilitan establecer relaciones de cuidado sostenidas, evitar juicios apresurados, promover responsabilidad personal y acompañar el crecimiento espiritual, emocional y práctico del aconsejado en fidelidad al evangelio siempre. En suma, quien ministra bien es amoroso, paciente, atento, honesto, esperanzado, flexible y humilde, confiando en Dios para capacitarle.


Gary R. Collins, Consejería Cristiana Efectiva (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz / Kregel Publications, 1992)
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Re: Foro 4

por Alejandra Jimenez -
Las características de una persona que ministra a otros, según el libro de texto: consejería cristiana efectiva son:

1. Amor: práctico, compasivo, sensible, paciente y proveedor de amor, son características muy importantes e indispensables para cualquier persona que ministre a otra el desarrollar este tipo de amor nos acerca un poco más al verdadero amor de Dios hacia su pueblo dejandon que el Espíritu Santo sea quién nos dirija y controle. (1 Juan 4:7-11)
El amor es un requisito básico para cualquier clase de cuidado, efectivo. El lugar donde más debe expresarse el amor, es en nuestra iglesia, rodeados por el cuerpo de creyentes y la comunidad, donde se nos estimule, amarnos, tener datos de amabilidad y compasión, sin condenarse o criticarse uno a otro.
2. Paciencia.: tener paciencia, implica como personas que administran permanecer con el administrado o en una situación aún cuando aparezca no haber ningún tipo de cambio, al igual que el amor, la paciencia viene de Dios. Recordemos que la paciencia es un fruto del espíritu.(Galatas 5:22) es algo que se va desarrollando poco a poco en medio de las dificultades. La persona que desarrolla la paciencia, permanece con el que están en ansiedad, dándole tiempo y espacio para crecer y pensar la persona que es ministrada no se debe sentir presionado o forzado a tomar decisiones rápidas, es por eso la importancia ha de tener líderes pacientes con ellos y con los demás.
3. Apertura: la mayoría de los adultos niegan o esconden sus emociones, son incapaces de expresar sus sentimientos a un peor llegan a decir que se sienten bien espiritual y emocionalmente, cuando no es así, la persona que va a administrar a otras, deberá animarles a reconocer sus sentimientos a expresarlos, sean positivos,o negativos sin juzgarlos, mostrando un interés genuino por los demás y demostrando disponibilidad en aceptar sus creencias, conductas palabras o Actitudes.
4. Esperanza.: siempre tenemos que ministrar pensando en que tenemos que darle esperanza administrado, ya que es un alivio temporal para el sufrimiento que está pasando, les ayuda a dar energía y le alienta a continuar en medio de las dificultades. La esperanza cristiana no estimula a las personas a negar su realidad, estimula a regocijarse en las sabia soberanía de Dios, es ayudarles a aceptar la forma en que Dios hace las cosas y que aprendan que es perfecta, es aceptar que los caminos de Dios no siempre son nuestros caminos y a enseñarles a comprender como dice en la palabra: “padre se ha hecho tu voluntad.” las personas que ministran a otros, siempre deben tener puesta su mirada en Dios, pues él es nuestra verdad y segura esperanza.
5. Flexibilidad: como líderes que vamos a administrar otras personas. Tenemos que entender que los primeros que tenemos que ser administrados, somos nosotros poniendo a los pies de Cristo, toda aquella actitud todo aquel pensamiento que interfiera con el crecimiento espiritual al hacer estos cambios, podremos brindar un verdadero cuidado que incluye la aceptación a los demás, el deseo de crecer y la disponibilidad para cambiar juntos.
6. Humildad: es imposible pensar que podamos ayudar a otros, si no tomamos en serio la misión que Dios ha puesto en nuestras manos, es el ministrar a otros implica involucramos y ser sensibles a sus necesidades, nunca ver a los demás desde una perspectiva de superioridad, las personas ministradas lo van a notar y esto hará que la ministracion no sea eficaz, y mucho menos glorificara el nombre de Dios, tenemos que ser humildes y sin pretensiones.
En conclusión, un líder que ministra al pueblo de Dios tiene que hacerlo con la humildad, el amor, la empatía y el cariño que lo haría el Padre, pues él los ha escogido para hacerlo, y eso quiere decir que El confía su pueblo en los líderes que lo harán conforme a su corazón.

Collins, Gary R. Consejería Cristiana Efectiva. Grand Rapids, Mich: Editorial Portavoz, 1992.
En respuesta a Alejandra Jimenez

Re: Foro 4

por Bertha Corona -
Bendiciones hna, Alejandra,

Estoy totalmente de acuerdo con usted y me gusta mucho la forma en la que describe cada caracteristica, tal como usted dice con respecto a la caracteristica del amor creo que usted le dio una definicion maravillosa porque solo practicando dar amor podremos desarrollar el verdadero amor de nnuestro Senor Jesucristo, y sobre todo dejarnos ministrar, guiar, y educar por el Espiritu Santo. Gracias por compartir, hna le deseo lo mejor en este curso.
En respuesta a Alejandra Jimenez

Re: Foro 4

por Rocio Garcia -
Hna. Alejandra muy buena su aportación al desarrollar ,las características que debe tener una persona que ministra a otros implica reflejar el amor de Dios en cada relación. Con amor, paciencia apertura, esperanza, flexibilidad y humildad., las podemos usar como herramientas para ayudar a otros en su proceso de crecimiento
En respuesta a Meredith Aldana

Re: Foro 4

por Leonel Paz -
En la consejería cristiana, la persona que ministra a otra debe reflejar características que provienen de Dios y que son indispensables para ayudar de manera efectiva. La primera de ellas es el amor práctico, un amor sensible, paciente y real, que tiene su origen en el Padre y que debe estar presente en la vida de todo creyente. Unido a esto está la paciencia, que implica acompañar a la persona aún cuando no haya cambios visibles, confiando en que Dios es quien obra en su tiempo.

Otra cualidad importante es la apertura. Muchos adultos, por miedo o costumbre, niegan sus emociones o piensan que ser espiritual es aparentar que siempre están bien. Sin embargo, el ministro debe animar a expresar sentimientos, mostrando comprensión y aceptación. En el proceso de ministrar también es vital transmitir esperanza, ya que esta brinda consuelo y alivio a quienes atraviesan momentos de dificultad, recordándoles que en Cristo siempre hay una salida y una razón para seguir adelante.

Además, se requiere flexibilidad. No todas las personas ni todas las situaciones son iguales, por lo que la rigidez puede convertirse en un obstáculo para el acompañamiento. El consejero cristiano debe adaptarse, con discernimiento, a cada circunstancia. Finalmente, la humildad es esencial. No se puede ayudar desde una posición de superioridad, sino con un corazón dispuesto a servir, reconociendo que todos dependemos de la gracia de Dios
En respuesta a Leonel Paz

Re: Foro 4

por Mirna Blanco -
Hermano Leonel, me parece muy importante e interesante como explica que el amor práctico y la paciencia deben ser pilares clave en el asesoramiento cristiano, ya que reflejan el corazón de nuestro Padre hacia los demás.
¿Cómo podemos desarrollar y mantener estas características, especialmente la paciencia y la humildad en nuestras propias vidas y como ministros de asesoramiento, cuando el cambio es lento o complicado en las personas a las que asesoramos?
Bendiciones y sigamos adelante aprendiendo juntos.
En respuesta a Mirna Blanco

Re: Foro 4

por Leonel Paz -
Estimada Mirna, Muchas gracias por tu comentario. si, el amor práctico y la paciencia son pilares fundamentales en el asesoramiento cristiano, porque reflejan el carácter mismo de Cristo. Para desarrollar y mantener estas virtudes en nuestra vida, primero debemos cultivar una relación constante con Dios a través de la oración y la lectura de Su Palabra. Es en la comunión con Él donde el Espíritu Santo nos transforma y produce en nosotros fruto como la paciencia, la humildad y el amor (Gálatas 5:22-23).

Además, es importante reconocer nuestras propias limitaciones y depender de la gracia de Dios en todo momento. La humildad crece cuando entendemos que no somos nosotros quienes cambiamos a las personas, sino el Señor obrando a través de nosotros. También, practicar la empatía y recordar cómo Dios ha tenido paciencia con nosotros nos ayuda a extender esa misma gracia hacia los demás.

Como ministros de asesoramiento, debemos buscar constantemente que nuestras acciones reflejen el carácter de Cristo, permitiendo que su amor y su mansedumbre sean nuestro ejemplo y guía.
En respuesta a Leonel Paz

Re: Foro 4

por Mirna Blanco -
Gracias por compartir tan profunda reflexión mi hno. Leonel. Concuerdo completamente sobre el amor práctico y la paciencia, que son críticos no solo en el asesoramiento cristiano, sino en el mismo carácter de Cristo vivido en nuestro caminar diario. La comunión continua con Dios, a través de la oración y la lectura de su Palabra, es ciertamente el cauce que lleva al crecimiento y la transformación; allí el Espíritu Santo obra en nosotros el buen fruto de su nueva creación.
Finalmente, cuando nos damos cuenta de nuestra insuficiencia y de la necesidad de la gracia de Dios, esto nos llevará a la verdadera humildad, recordando que solo Dios cambia a las personas. Fomenta la empatía y la paciencia de Dios con nosotros para poder brindar misericordia y comprensión a los demás en nuestro ministerio. Es un testimonio maravilloso del hecho de que, como ministros de Dios, nuestro objetivo es ser de manera semejante a Cristo, amorosos y gentiles en todo lo que hacemos.
Bendiciones y sigamos adelante.
En respuesta a Meredith Aldana

Re: Foro 4

por Rocio Garcia -
El ministrar a los demás requiere demostrar un profundo interés por las demás personas, amar y ser compasivo. Demostrando que el amor de Dios está en nuestra vida.
Características de una persona que ministra.
1. Amor, el amor tiene que ser necesario básico para cualquier clase de cuidado efectivo. El amor viene a la persona que se ha comprometido con Jesús y esta después que el Espíritu Santo de Dios sea el que nos dirija y nos controle, (1 Juan 4: 7-11)
2. Paciencia, la paciencia viene de Dios, es la manifestación del fruto del Espíritu Santo (Gálatas 5:22). La persona que desarrolla la paciencia permanece con el que está en la ansiedad dándole tiempo para crecer y pensar.
3. Apertura, animar a las personas a reconocer sus sentimientos, ya sean positivos o negativos. La persona demuestra estar abierta en palabra y en conducta, desarrolla un interés genuino por los demás y acepta a los demás a pesar de sus creencias, conducta y palabra o actitudes. Con honestidad, ayuda, anónima, apoya, enseña, corrige y confronta.
4. Esperanza, la esperanza cristiana no estimula a las personas a negar la realidad de su situación para convertirse en una persona inactiva. Por el contrario nos motiva a regocijarnos en la sabia soberanía de Dios, y aprendemos a aceptar la forma en que Dios hace las cosas perfectas, se busca la guía de Dios, reconocer que los caminos de Dios no siempre son nuestros caminos. Las personas que ayudamos a otras debemos tener nuestra mirada en Dios, quien es nuestra verdadera esperanza.
5. Flexibilidad, tener la disposición de cambiar aceptando a los demás, deseo de crecer y disponibilidad para cambiar.
6. Humildad implica involucrarnos y ser sensibles a sus necesidades y nunca ver a los demás desde una perspectiva de superioridad, ser humilde y con el deseo de aprender.

Collins, Gary R. Consejería cristiana efectiva. Grand Rapids, Michigan. Editorial portavoz, 1992
En respuesta a Rocio Garcia

Re: Foro 4

por Jhon Castellanos -
Rocio tu aporte es muy completo y resalta lo esencial del ministerio: ministrar va más allá de acciones externas; implica reflejar el amor de Dios en cada relación. Amor, paciencia, apertura, esperanza, flexibilidad y humildad no son solo cualidades deseables, sino herramientas para acompañar a otros en su proceso de crecimiento.

Un punto clave es la intencionalidad: ministrar requiere escuchar activamente, adaptarse a las necesidades de cada persona y guiar desde la esperanza en Dios, no desde nuestras propias expectativas. Practicar estas actitudes transforma no solo a quienes reciben ayuda, sino también a quien sirve, fortaleciendo la vida espiritual y la comunidad.
En respuesta a Meredith Aldana

Re: Foro 4

por Mario Lopez -
En la consejería cristiana, el carácter del consejero es tan crucial como las técnicas que emplea. El Dr. Gary Collins señala varias cualidades esenciales para quienes apoyan a otros.

Primero, está el amor. Sin un interés genuino por el bienestar de la persona, la consejería pierde su esencia. Este amor se muestra a través de la empatía, la escucha atenta y la disposición de acompañar al aconsejado en sus desafíos.

Otra cualidad vital es la paciencia, ya que cada persona avanza a su propio ritmo y los cambios no suceden de la noche a la mañana. La paciencia permite al consejero esperar con serenidad y no desanimarse durante el proceso.

La apertura también es fundamental, lo que significa escuchar sin prejuicios y aceptar la diversidad de experiencias y emociones que las personas comparten. Junto a esto, la esperanza juega un papel crucial. El consejero debe transmitir fe y confianza en que, con la ayuda de Dios, siempre hay oportunidades para la restauración y el crecimiento espiritual, emocional y personal.

La flexibilidad es otra cualidad necesaria, ya que permite al consejero adaptarse a diferentes situaciones y personalidades, manteniendo siempre los principios bíblicos. Finalmente, la humildad es indispensable. El consejero reconoce que no tiene todas las respuestas y depende de la guía de Dios y de Su Palabra.

En resumen, estas cualidades —amor, paciencia, apertura, esperanza, flexibilidad y humildad— son la base de una consejería cristiana efectiva. Un ministerio que refleja el amor de Cristo y busca servir con fidelidad a los demás.
En respuesta a Mario Lopez

Re: Foro 4

por Rocio Garcia -
Hno.Mario su comentario es muy interesante ,al usar estas cualidades, como el amor, paciencia, apertura, esperanza , flexibilidad ,humildad .nos permite dar una mejor consejería a las personas que necesitan de nuestra ayuda y reflejar el amor de Cristo.
En respuesta a Rocio Garcia

Re: Foro 4

por Mario Lopez -
Gracias hna Rocio por su aportación, definitivamente un consejero no puede pasar por alto estas cualidades en su vida; ya que son una base muy importante para ejercer la consejería cristiana y esta pueda ser efectiva.
En respuesta a Meredith Aldana

Re: Foro 4

por Mirna Blanco -
En su libro "Consejería Cristiana Efectiva", el Dr. Gary Collins enumera las cualidades necesarias para cualquiera que esté asesorando a otra persona. Estas características son esenciales para que el ministerio de asesoría sea un catalizador de esperanza según el modelo bíblico.
Primero, el individuo en el ministerio debe tener carácter piadoso, lo que significa hombres y mujeres de integridad que operan con humildad y viven lo que enseñan desde la palabra de Dios. Significa que no hay una desconexión entre lo que dicen creer y cómo viven, lo que genera confianza con su consejero.
También necesitan ser empáticos y comprender el dolor, las batallas o las emociones de aquellos a quienes aconsejan. La empatía desarrolla una atmósfera de apoyo donde el aconsejado es escuchado y aceptado.
Otro atributo importante es una comunicación sólida. El consejero necesita saber cómo ser un oyente efectivo, hacer buenas preguntas y comunicar la Palabra de Dios con claridad y amor. Esto también implica paciencia y recurrir a guiar en lugar de imponer soluciones.
Además, el consejero debe estar bien versado en la Biblia y en la teoría psicológica cristiana para asegurar que los consejos proporcionados tengan en cuenta los aspectos espirituales y psicológicos.
Finalmente, el ministro debe ser receptivo al Espíritu Santo y tener una vida espiritual sustancial en su tiempo de oración y mortificación continua de su voluntad para ser un instrumento efectivo de Dios.
En respuesta a Mirna Blanco

Re: Foro 4

por Mario Lopez -
Bendiciones hna Mirna, quien resaltar lo que comento en cuanto a una de las cualidades que el consejero debe de tener de acuerdo a lo que menciona el Dr. Gary Collins, y es sobre tener carácter piadoso, lo que significa hombres y mujeres de integridad que operan con humildad y viven lo que enseñan desde la palabra de Dios. Me encanta lo que menciona de no haber desconexión entre lo que dicen creer y cómo viven, lo que genera confianza con su consejero.
En respuesta a Meredith Aldana

Re: Foro 4

por Holver Ivan Chavez -
¿Cuales son las características de una persona que ministra a otros?

Hay una responsabilidad como cristianos ministrar a otros, para ello se nos da unas características para ministrar a las personas.
1. Amor - esta característica es considerado como un requisito básico para cualquier clase de cuidado efectivo, ya que tiene que ser practico, compasivo, sensible, paciente y tener la disposición de dar amor; ayuda al cuidado de otras personas. Ya que también es un mandato que encontramos en la Biblia "Amemonos unos a otros..." 1 Juan 4:7.

2. Paciencia - esta características o mejor dicho un fruto del Espíritu que viene de Dios tiene que estar en una persona, que el autor del libro dice que algunas veces se desarrolla en medio de las dificultades. la persona que ministra a otra persona no busca cambios fáciles en la vida del otro, sino que con paciencia satisface sus necesidades y expectativas de salud. Dentro de la iglesia deben existir lideres que tengan esta característica de la paciencia.

3. Apertura - muchas personas se sofocan en sus emociones y son incapaces de expresar sus sentimientos, la vida real no es así. los ministros deben conocer las areas fuertes y débiles para buscar desarrollar un interés genuino por los demás y poder demostrar la disponibilidad a aceptar a las personas a pesar de sus creencias, conductas, palabras o actitudes. la verdad y la honestidad ayudan a caminar, apoyar y a animar a los demás para seguir adelante.

4. Esperanza - esta característica da alivio para el sufrimiento y da energía para continuar en medio de las dificultades. la esperanza cristiana no estimula a las personas a negar la realidad de su situación sino por el contrario estimula a regocijarse en la sabia soberanía de Dios para aceptar las formas en que Dios hace las cosas, ya que todo lo que hace es perfecto.

5. Flexibilidad - no podemos ser rígidos en cuanto a ministrar a otras personas, el verdadero cuidado incluye la aceptación de los demás, deseo de crecer y disponibilidad para cambiar.

6. Humildad - no se puede ayudar a los demás sino se demuestra un espíritu de humildad, el ministrar a otro es una experiencia de crecimiento; cuando tenemos esta practica podremos estimular a otros alcanzar sus intereses y para ello tenemos que confiar en Dios quien es el único que puede ayudarnos a desarrollar esos atributos.


Gary R. Collins, Consejería Cristiana Efectiva (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz / Kregel Publications, 1992)
En respuesta a Holver Ivan Chavez

Re: Foro 4

por Natalia Caro -

Buen día Holver, quisiera preguntar: ¿Cuál de las características de una persona que ministra a otros las cuales describe, le gustaría desarrollar?

En respuesta a Natalia Caro

Re: Foro 4

por Holver Ivan Chavez -
Dios le bendiga hna Natalia, su pregunta me desafía bastante ya que en lo personal y en general por testimonio de otras personas la mayoría de las características las he ejercido excepto el de la apertura, ya que me cuesta expresar mis emociones, mis sentimientos; como pastor y consejero ayudo a otros a desarrollar esa característica ya que hay un gran numero de personas que luchan de la misma manera que yo, solo que yo no puedo expresar eso a mis aconsejados; quizás estaré mal en decir esto pero si lo hago siento que no inspirare confianza hacia ellos ya que creerán que soy débil en esa área, y trato todo lo posible de desarrollar esta característica y le pido a Dios que me de la sabiduría y la valentía para hacerlo.
En respuesta a Meredith Aldana

Re: Foro 4

por Tanya Guitierrez -
Ministrar a otros es mucho más que ayudar; es reflejar el carácter de Cristo en nuestras relaciones. Jesús enseñó con palabras, pero sobre todo con acciones llenas de compasión, amor y entrega. Quien ministra debe hacerlo con un corazón dispuesto y con cualidades que permitan transmitir el amor de Dios de manera práctica y efectiva.

Podemos destacar seis características fundamentales de la persona que ministra. La primera es el amor, que no se limita a un sentimiento, sino que se demuestra en acciones concretas: escuchar, respetar, servir y preocuparse sinceramente por el bienestar del otro (1 Juan 4:7-11). La segunda es la paciencia, que permite acompañar sin presionar, confiando en que Dios está obrando, incluso cuando los resultados no son inmediatos (Gálatas 5:22).

La tercera característica es la apertura, un corazón sensible y honesto que escucha sin juzgar y genera confianza. La cuarta es la esperanza, que transmite fe y fortaleza, recordando a quienes ministramos que Dios tiene el control aun en medio de las dificultades.

La quinta cualidad es la flexibilidad, que nos permite adaptarnos a cada persona y situación, escuchando y dejando que el Espíritu Santo guíe cada paso, sin imponer nuestros métodos. Por último, la humildad es indispensable: ministrar no significa sentirse superior, sino servir con sencillez y amor, reconociendo nuestra propia necesidad de la gracia de Dios.

Estas seis características no se desarrollan de la noche a la mañana; se forman mientras obedecemos el llamado de Dios a servir. Ministrar es crecer junto al otro y ser instrumentos del amor de Cristo en su vida, reflejando su corazón en cada acción y palabra.
En respuesta a Meredith Aldana

Re: Foro 4

por Edgar Lopez -
En nuestro libro de texto Consejería Cristiana Efectiva del Dr. Collins, explica que debemos de tomar en cuenta que el ministrar a los demás quiere decir demostrar un profundo interés por las demás personas, así como amar a alguien de la misma forma que nos amamos a nosotros mismos. Es más que caer bien, consolar, demostrar simpatía o tener interés en lo que le suceda a la otra persona. Ministrar implica un interés que nos lleva a amar y a hacer cosa que lo demuestren, es tratar de entender a la otra persona. Y las características de una persona que ministra a otras son seis:
Amor,
Paciencia,
Apertura,
Esperanza,
Flexibilidad y
Humildad.

Llenos del Espíritu Santo, podremos ser útiles al servicio del Señor, con sabiduría ay temor de Dios podremos ser de bendición para el cuerpo de Cristo.
En respuesta a Meredith Aldana

Re: Foro 4

por Krisbel Figueira -
Las personas que ministran eficazmente a otros reflejan el carácter y el amor de Cristo en su trato con los demás. Gary R. Collins explica que una de las características más importantes del ministrador es el amor, el cual debe ser práctico, compasivo y paciente. No depende del sentimiento, sino de la decisión de cuidar y servir, como enseña 1 Juan 4:7-11. Este amor se demuestra en actos de bondad y servicio dentro del cuerpo de Cristo.
Otra cualidad esencial es la paciencia, que permite acompañar los procesos de otros sin apresurarlos ni exigir resultados inmediatos. El ministrador paciente confía en la obra del Espíritu Santo y permanece al lado del necesitado aun cuando no ve cambios visibles (Gálatas 5:22).
También es indispensable la apertura, es decir, la capacidad de ser auténtico, honesto y vulnerable. Quien ministra debe reconocer sus debilidades y aceptar a los demás tal como son, generando relaciones de confianza y apoyo mutuo.
La esperanza es otra virtud fundamental, pues impulsa a mirar más allá de las circunstancias y a confiar en la soberanía de Dios, ofreciendo consuelo y fortaleza en medio de la prueba. A esto se suman la flexibilidad, que permite adaptarse a distintas personas y situaciones, y la humildad, que evita toda actitud de superioridad y reconoce que el poder para transformar vidas proviene solo de Dios.
Estas cualidades hacen del ministrar no solo un servicio, sino un proceso de crecimiento espiritual y dependencia del Señor.

(Collins, Gary R. Manual de Consejería Cristiana. Miami, FL: Editorial Vida.)