La cultura de hoy presenta muchos desafíos para la fe cristiana, porque vivimos en una sociedad que muchas veces se enfoca más en el dinero, la fama, la tecnología y el placer que en Dios. Según el libro Introducción a la sociología de Ernesto Villanueva, María Laura Eberhardt y Lucila Nejamkis, los cambios sociales y tecnológicos han influido mucho en la forma en que las personas piensan y viven. Ahora todo es rápido, superficial y muchas veces sin un propósito espiritual. Esto ha hecho que muchos se alejen de los valores del Evangelio y busquen solo lo que les da felicidad momentánea.
La Iglesia enfrenta el reto de seguir anunciando a Cristo en medio de esta cultura moderna. Para hacerlo, necesita usar los mismos medios que la sociedad usa, como las redes sociales, los videos, la música y la tecnología, pero con un mensaje que lleve esperanza y fe. La Iglesia debe mostrarse cercana, humana y comprensiva, acompañando a las personas en sus luchas y ayudándolas a encontrar el sentido de la vida en Dios.
También es importante que la Iglesia enseñe valores como el amor, la justicia, la solidaridad y el respeto por los demás. En un mundo lleno de confusión y egoísmo, el mensaje de Jesús sigue siendo actual y necesario. Por eso, la Iglesia debe ser luz en medio de la oscuridad y mostrar con su ejemplo que creer en Dios sigue siendo el mejor camino para transformar la sociedad.
La Iglesia enfrenta el reto de seguir anunciando a Cristo en medio de esta cultura moderna. Para hacerlo, necesita usar los mismos medios que la sociedad usa, como las redes sociales, los videos, la música y la tecnología, pero con un mensaje que lleve esperanza y fe. La Iglesia debe mostrarse cercana, humana y comprensiva, acompañando a las personas en sus luchas y ayudándolas a encontrar el sentido de la vida en Dios.
También es importante que la Iglesia enseñe valores como el amor, la justicia, la solidaridad y el respeto por los demás. En un mundo lleno de confusión y egoísmo, el mensaje de Jesús sigue siendo actual y necesario. Por eso, la Iglesia debe ser luz en medio de la oscuridad y mostrar con su ejemplo que creer en Dios sigue siendo el mejor camino para transformar la sociedad.
